La Navidad es una época del año que – se supone – es de alegría, paz y amor. Sin embargo, para muchas personas, es más bien al revés: una época de estrés, angustia y ansiedad.
¿Te sientes identificado/a? Si es así, quizás sufras de «natalofobia», también llamada «depresión blanca», un miedo irracional a la Navidad y todo lo que implica.
¿Qué es la «natalofobia»?
Se trata de un estado de ánimo que se caracteriza por un temor excesivo y persistente a la Navidad o a alguno de sus elementos, como las luces, los adornos, los villancicos, los regalos o las reuniones familiares.
Consiste en un trastorno de ansiedad que puede interferir con el funcionamiento normal de la persona que lo padece, provocando un gran malestar en las situaciones relacionadas con la Navidad.
La «natalofobia» no es muy común, pero tampoco es tan rara como se podría pensar. Según un estudio realizado en el Reino Unido, el 6% de la población británica sufriría de «natalofobia» (es decir: unos 4 millones de personas.)
Dicho esto, en el mismo estudio, el 26% de los encuestados dijo que preferiría saltarse esta época del año y el 45% afirmó sentirse estresado por la Navidad.
Sí, has leído bien. Un 45 % de la población. Casi la mitad.
¿A qué se debe?
Las causas de la natalofobia son diversas, pero he aquí algunas de las más habituales:
• Haber tenido una mala experiencia en la Navidad, como una pérdida, un trauma, una decepción o un conflicto familiar.
• Asociar la Navidad con sentimientos de soledad, tristeza, nostalgia o culpa, especialmente si se ha perdido el contacto con los seres queridos o se vive lejos de ellos.
• Sentir presión social o familiar para cumplir con las expectativas, las tradiciones o los compromisos navideños.
• Tener problemas económicos, de salud o personales que dificultan el disfrute de la Navidad o que se agravan con ella.
• Padecer de otros trastornos de ansiedad, depresión o estrés que se intensifican con la Navidad.
¿Cuáles son los síntomas de la «natalofobia»?
Se trata de los síntomas habituales de las fobias.
Nada que ver – o muy poco – con los «síntomas» de las «fobias» posmodernas como la homofobia o la gordofobia (que son términos más políticos que psiquiátricos):
• Experimentar un miedo intenso, irracional e incontrolable ante la idea de la Navidad.
• Sentir ansiedad, nerviosismo, inquietud, palpitaciones, sudoración, temblores, náuseas, mareos o dificultad para respirar cuando se enfrenta a la Navidad.
• Evitar o escapar de las situaciones, los lugares o las personas que tienen que ver con la Navidad, o soportarlas con mucho malestar y angustia.
• Tener pensamientos negativos, obsesivos o catastróficos sobre la Navidad, como que algo malo va a pasar, que no se va a estar a la altura o que se va a decepcionar a los demás.
• Sufrir alteraciones del sueño, del apetito, del estado de ánimo o del rendimiento laboral o académico debido a la ansiedad provocada por la Navidad.
¿Cómo superar la «natalofobia»?
He aquí algunas de las cosas que puedes hacer para afrontarla:
• Organizar fiestas alternativas. Reúne amigos, conocidos e incluso desconocidos los días de Nochebuena y Nochevieja. Te será de gran ayuda para afrontar tu malestar, ya que así podrás compartir tus emociones, recibir comprensión, consejo y ánimo.
• Viajar a sitios donde NO se celebra la Navidad. Una opción para evitar la ansiedad que genera la Navidad es escaparse a lugares donde no se festeja o donde se viva de forma diferente, como países musulmanes. Así podrás disfrutar de unas vacaciones de fin de año distintas, relajantes y enriquecedoras.
• Ayudar a los demás. Siéntete útil. Está claro que ayudar a los demás permite mantener una buena salud mental. Muchos estudios lo demuestran. Cuando ayudamos a nuestros semejantes nos sentimos mejor con nosotros mismos. Hasta crece nuestra autoestima. Concretamente, si no tienes ningún plan para pasar la Nochebuena, apúntate a una asociación que da comida a personas sin hogar. Según mi opinión, se trata de la mejor estrategia para salir de tu malestar navideño. (Una estrategia centrada en la acción y… barata además.)
• Adaptar la Navidad a tus necesidades y preferencias. No hay una forma única o correcta de celebrar la Navidad, sino que cada uno puede hacerlo como más le guste o le convenga. Por ejemplo, puedes elegir con quién, dónde, cómo e incluso cuándo quieres participar en las actividades navideñas.
• También puedes buscar el sentido y el valor de la Navidad más allá del consumismo, el materialismo o el formalismo, y centrarte en lo que realmente importa, como el amor, la solidaridad, la gratitud o la esperanza.
La Navidad no tiene por qué ser una época de sufrimiento.
Si la «natalofobia» o «depresión blanca» te impide disfrutar de tu día a día, no te resignes ni te avergüences.
Simplemente, toma acción.
Te deseo una feliz y tranquila Navidad.
No sabía que el miedo a la Navidad se llamaba Natalofobia. Yo antes de las fiestas me siento con ansiedad porque tengo que ver a mi familia tóxica. No me gusta nada. Pero aguanto… Tal vez sería mejor irme de vacaciones como dices, a un país árabe donde no se celebra la fiesta.
Si puedes viajar, hazlo. Desde luego, si pasas la Navidad en un país arabe, no te afectará el caos que reina a finales de diciembre en nuestras sociedades. Para ellos es un día normal.