Efectivamente, nunca sabrás lo que te pierdes. Lógico, ¿no? ¿Cómo lo vas a saber? No sabrás lo que te pierdes al no visitar Venecia, al no probar la comida rusa, al no casarte con el vecino de arriba o él de abajo…
De la misma manera, si padeces estrés o ansiedad y nunca has consultado a un profesional, tampoco sabrás lo que te pierdes.
A mí me parece normal ir al psicólogo, al psicoterapeuta, al relaxologo… pero cada día me doy cuenta de que no lo es para todo el mundo.
Bueno, esta reflexión de hoy me ha venido porque llevo unas semanas trabajando con una “psicóloga de gatos” (una etóloga) y la verdad es que es lo mejor que he hecho desde que tengo a mi gata Christie.
Evidentemente, si no hubiera dado el paso, si no me hubiera arriesgado, es decir: si no hubiera tomado contacto con Natalia, no podría haberme dado cuenta de lo valioso que es una “terapia” de animales.
La verdad es que al principio no tenía idea de lo que iba a aprender. Contraté a una etóloga sin darme cuenta realmente de lo que significaba.
De hecho, seguramente en este momento, tú mismo estarás pensando: “¿Una psicóloga de gatos? ¡Qué tontería! Eso es tirar el dinero por la ventana.” O bien: “A mí no me hace falta: yo conozco bastante a los gatos/perros/etc.”, o “Eso es para animales con problemas graves de comportamiento.”
Claro, piensas así porque no sabes de que va, no te imaginas todo lo que puede hacer por ti y por tu mascota un profesional del comportamiento animal.
Francamente, te entiendo: yo mismo pensaba cosas parecidas antes de probar.
Sin embargo, hoy me pregunto cómo pude vivir sin los consejos y recomendaciones de mi etóloga felina actual.
Si estás mal emocionalmente – como tanta gente hoy día – ¿nunca has pensado que te podría pasar lo mismo con la psicología? No me refiero solo a la psicología tradicional, sino también y sobre todo a la que practico: la alternativa.
Yo te apuesto que si pruebas la terapia psicosocial, la relajación introspectiva, la hipnoprogramación, etc. acabarás pensando lo mismo que yo de la etología felina…
De hecho, estoy tan seguro de que si pruebas vas a repetir que ya sabes: te regalo la primera sesión.
En realidad, eso quiero justamente, estimado lector/a… quiero que sepas lo que te pierdes.