La ansiedad es un problema que puede tener consecuencias negativas tanto para el individuo como para la pareja.
En este artículo, vamos a explorar algunas de las implicaciones de la ansiedad en las relaciones románticas, así como sus posibles causas y tratamientos.
¿Qué implica la ansiedad en las relaciones de pareja?
En el ámbito de las relaciones románticas, la ansiedad puede manifestarse de diferentes formas, tales como:
• Miedo al rechazo o al abandono: las personas con ansiedad suelen tener una baja autoestima: dudan de su valía o su atractivo por ejemplo. Esto puede hacer que teman que su pareja las deje, las engañe o les haga daño. En estas condiciones, estas personas pueden mostrar conductas de apego ansioso, como buscar constantemente la atención, la aprobación o la confirmación de su pareja, o evitar conflictos por miedo a perderla.
• Celos o posesividad: algunas personas con ansiedad pueden sentirse amenazadas por cualquier persona o situación que pueda restarle tiempo, atención o afecto de su pareja. Estas personas pueden mostrar conductas de control, vigilancia o restricción de la libertad de su pareja. También pueden acusarla sin fundamento de serle infiel. Evidentemente, estas conductas pueden generar tensión, desconfianza y resentimiento en la relación.
• Evitación o aislamiento: algunas personas con ansiedad pueden tener dificultades para expresar sus sentimientos, necesidades o deseos a su pareja, por miedo a ser juzgadas, criticadas o rechazadas. Estas personas pueden mostrar conductas de evitación, como rehuir el contacto físico, la intimidad emocional o la comunicación efectiva con su pareja. Estas conductas pueden generar distancia, frialdad y falta de conexión en la relación.
• Dependencia o codependencia: otras personas con ansiedad pueden depender excesivamente de su pareja para sentirse bien. Estas personas pueden mostrar conductas de dependencia, como renunciar a sus propios intereses, proyectos o amistades por estar con su pareja, o asumir un rol pasivo, sumiso o complaciente en la relación. Estas conductas pueden generar desequilibrio, insatisfacción y pérdida de identidad en la relación.
¿De dónde viene?
La ansiedad en las relaciones románticas puede tener múltiples causas, tanto internas como externas.
Algunas de las causas más comunes son:
• Experiencias previas negativas: algunas personas con ansiedad pueden haber vivido situaciones traumáticas en sus relaciones anteriores, como maltrato, infidelidad, abandono o ruptura. Estas experiencias pueden generar heridas emocionales que dificultan el establecimiento de vínculos sanos y seguros con nuevas parejas.
• Creencias irracionales o distorsiones cognitivas: otras personas con ansiedad pueden tener pensamientos negativos sobre sí mismas, sobre su pareja o sobre la relación. Estos pensamientos pueden estar basados en suposiciones, generalizaciones o interpretaciones erróneas de la realidad. Por ejemplo: “Si mi pareja no me llama es porque no me quiere”, “si no le gusto a todo el mundo soy un fracaso”, “si discutimos es porque nuestra relación está condenada”.
• Estilos de apego inseguros: algunas personas con ansiedad pueden haber desarrollado estilos de apego inseguros en su infancia, debido a una falta de cuidado, afecto o seguridad por parte de sus figuras de referencia. Estos estilos de apego se caracterizan por una baja confianza en uno mismo y en los demás, y por una alta necesidad de aprobación o protección. Estos estilos de apego pueden influir en la forma de relacionarse con las parejas en la edad adulta.
• Factores de estrés o presión social: otras personas con ansiedad pueden estar sometidas a situaciones de estrés o presión social que afectan a su relación. Por ejemplo: problemas económicos, laborales, familiares o de salud, expectativas sociales sobre el amor, el matrimonio o la paternidad, comparaciones con otras parejas o modelos de relación, etc. Estos factores pueden generar ansiedad, frustración o insatisfacción en la relación.
Estudios sobre la ansiedad en las relaciones románticas
La ansiedad en las relaciones románticas es un tema que ha sido ampliamente estudiado por la psicología y otras disciplinas afines. Algunos de los estudios más relevantes son:
• El modelo de la vulnerabilidad al estrés y la ansiedad en las relaciones románticas: este modelo propone que la ansiedad en las parejas se produce por la interacción entre tres factores: la vulnerabilidad individual (rasgos de personalidad, experiencias previas, creencias irracionales, etc.), el estrés ambiental (factores externos que generan tensión o conflicto en la relación) y las habilidades de afrontamiento (estrategias para manejar el estrés y la ansiedad).
• El estudio de la influencia del apego en las relaciones románticas: este estudio examinó cómo los estilos de apego influyen en las conductas, los sentimientos y las cogniciones de las personas en sus relaciones románticas. Los resultados mostraron que las personas con apego seguro (confianza en uno mismo y en los demás) tenían relaciones más satisfactorias, estables y comprometidas que las personas con apego ansioso (baja autoestima y alta necesidad de aprobación) o con apego evitativo (baja confianza en los demás y alta independencia).
¿Qué tratamiento hay?
La ansiedad en las relaciones románticas es un problema que tiene solución y que se puede tratar con ayuda profesional.
El tratamiento más habitual es la terapia psicológica.
La terapia psicológica puede ser individual o de pareja, dependiendo de las necesidades y preferencias de cada uno. En general, la terapia individual se enfoca en trabajar los aspectos personales que contribuyen a la ansiedad, como la autoestima, el autocontrol, el manejo del estrés, etc.
La terapia de pareja se enfoca en trabajar los aspectos relacionales que contribuyen a la ansiedad, como la comunicación, la confianza, el respeto, el compromiso, etc.
Dicho esto, nunca olvides que para reducir la ansiedad – en las relaciones románticas y en general -, siempre va bien:
• Practicar técnicas de relajación: algunas técnicas como la respiración profunda, la meditación o el yoga pueden ayudar a calmar el sistema nervioso y a disminuir los síntomas físicos y emocionales de la ansiedad.
• Hacer ejercicio físico: el ejercicio físico libera endorfinas, unas sustancias químicas que producen sensación de bienestar y placer. El ejercicio físico también mejora la salud física y mental, aumenta la autoestima y reduce el estrés.
• Mantener una actitud positiva: una actitud positiva puede ayudar a afrontar los problemas con más optimismo y confianza, y a valorar los aspectos positivos de la relación. Una actitud positiva también puede favorecer el humor, la creatividad y la diversión en la relación.
• Buscar apoyo social: el apoyo social es el conjunto de recursos emocionales, materiales o informativos que nos brindan las personas de nuestro entorno. El apoyo social puede ayudar a reducir el aislamiento, el estrés y la ansiedad, y a aumentar la autoestima, la seguridad y el bienestar. El apoyo social puede provenir de la familia, los amigos, los grupos de interés o las asociaciones profesionales o de ayuda mutua.
• Cultivar intereses propios: tener intereses propios es importante para mantener una identidad propia y un equilibrio personal. Los intereses propios pueden ser hobbies, aficiones, proyectos o metas que nos generan satisfacción, placer o sentido. Cultivar intereses propios puede ayudar a reducir la dependencia, la monotonía y la ansiedad en la relación.
¿Qué conclusión podemos sacar?
La ansiedad es un problema que puede afectar negativamente a nuestra relación de pareja. Sin embargo, no es un problema insuperable ni definitivo. Con ayuda profesional y con un esfuerzo personal, podemos superar la ansiedad y mejorar así nuestra relación.
No es algo que debamos ocultar o del que debamos avergonzarnos. La ansiedad en las relaciones románticas no es algo que debamos sufrir solos o solas.
En realidad, la ansiedad en las relaciones románticas es algo que podemos aprovechar para crecer. La ansiedad en las relaciones románticas es algo que puede acercarnos más al otro.
Desde luego no es el final de una historia de amor. Al contrario, puede ser el comienzo de una nueva etapa más sana, feliz y plena.