La meditación es una práctica milenaria que consiste en entrenar la mente para tomar consciencia del momento presente, sin juzgar ni reaccionar a los pensamientos o emociones que surgen. Se trata de observar lo que ocurre en nuestro interior y en nuestro entorno con una actitud de curiosidad, aceptación y compasión.
La meditación es una práctica espiritual, que nace de las religiones budistas e hinduistas. Pero su popularización en Occidente no se debe al ambiente espiritual en el que vivimos, si no a la falta de éste.
¿Qué aporta la meditación en caso de ansiedad?
Los beneficios de la meditación para la ansiedad son múltiples y están respaldados por numerosos estudios científicos.
Aquí te cito algunos:
Reduce el estrés: La meditación nos ayuda a relajar el cuerpo y la mente, disminuyendo los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumentando los niveles de serotonina, la hormona del bienestar.
Regula las emociones: La meditación nos enseña a reconocer, aceptar y expresar nuestras emociones de forma adecuada, sin reprimirlas ni dejarnos llevar por ellas.
Cambia los pensamientos automáticos: La meditación nos permite tomar distancia con los pensamientos negativos, irracionales o catastróficos que generan ansiedad, y sustituirlos por pensamientos más realistas, positivos y adaptativos.
Mejora la autoestima: La meditación nos invita a ser más amables y compasivos con nosotros mismos, reconociendo nuestros valores, fortalezas y logros, y perdonando nuestros errores.
Aumenta la resiliencia: La meditación nos dota de recursos para afrontar las dificultades y los cambios con mayor flexibilidad, creatividad y optimismo.
¿Qué tipo de meditación utilizar para reducir tu ansiedad?
Existen diferentes métodos de meditación que se pueden adaptar a las preferencias y necesidades de cada uno. Practico la meditación desde hace años. Así que algún consejo te puedo dar a la hora de escoger uno.
Personalmente, el método que yo te recomendaría para reducir la ansiedad se basaría en la combinación de una técnica de meditación con ejercicios de yoga.
Constaría de siete sesiones semanales de 30 a 45 minutos cada una.
En cada sesión se practicaría un tipo de meditación, como la meditación Zen (la que más me gusta a mi). Y también se realizarían ejercicios de yoga para estirar el cuerpo y liberar tensiones.
En todo caso, el objetivo será siempre aprender a integrar la meditación en tu vida cotidiana, para poder aplicarla en cualquier situación que te genere ansiedad.
Por ejemplo, cuando sientas que te va a dar un ataque de pánico, adoptarás una postura de yoga, concentrándote en las sensaciones físicas que experimentas.
¿Qué resultados obtendrás con la meditación?
Los resultados que obtendrás con la meditación siempre serán positivos. En más o menos 8 semanas, notarás una gran mejoría en tu salud física y mental.
Reducirás la frecuencia e intensidad de tus ataques de pánico, disminuirás tu nivel de ansiedad, controlarás tus compulsiones y superarás algunas de tus fobias. También mejorarás tu estado de ánimo, tu autoestima, tu concentración y tu memoria.
Además, descubrirás una nueva forma de relacionarte contigo mismo/a, con los demás y con el mundo. Aprenderás a vivir el presente con más plenitud, agradecimiento y alegría. Desarrollarás una mayor capacidad de empatía, comprensión y comunicación. Hasta encontrarás un sentido y un propósito a tu vida.
¿Qué dificultades encontrarás al practicar la meditación?
Meditar no siempre es fácil. Requiere de tiempo, disciplina, paciencia y perseverancia.
Al principio, hasta puede resultar frustrante o aburrido. Pueden surgir distracciones, resistencias, dudas o críticas. Pueden aparecer emociones o recuerdos dolorosos que te incomoden.
Por eso, opino que es importante contar con el apoyo de un profesional cualificado, que te guíe y te oriente en el proceso.
Tampoco siempre será fácil encontrar un espacio tranquilo y cómodo donde puedas practicar sin interrupciones. Si tienes hijos pequeños, comprenderás a qué me refiero.
¿Qué consejos le daría a alguien que quiere meditar?
En estas condiciones, si quieres practicar la meditación para reducir tu ansiedad, personalmente te daría los siguientes consejos:
• Infórmate sobre qué es la meditación, sus beneficios, sus métodos y sus evidencias científicas.
• Busca un centro especializado donde puedas aprender y practicar la meditación de forma adecuada.
• Empieza poco a poco, con sesiones cortas y sencillas. No te exijas demasiado ni te compares con nadie. Respeta tu ritmo y tus necesidades. Sé flexible y abierto a las experiencias que vayas teniendo.
• Practica todos los días, aunque sea unos minutos. Intenta hacerlo a la misma hora y en el mismo lugar. Crea una rutina que te ayude a mantener el hábito. No te desanimes si algún día no puedes o no quieres practicar. Retoma la práctica al día siguiente.
• Sé amable y compasivo contigo mismo. No te juzgues ni te critiques por lo que pienses, sientas o hagas durante la meditación. Reconoce tus avances y tus dificultades con humildad y gratitud.
• Disfruta del proceso y de los resultados. No te obsesiones con alcanzar metas o expectativas irreales. Valora los beneficios que vas obteniendo en tu salud física y mental, así como en tu calidad de vida.
La meditación es una práctica muy útil para reducir la ansiedad y mejorar nuestro bienestar.
Ahora bien, no es milagrosa.
Digamos que una sesión aislada te ayudará de la misma manera que una aspirina lo hará cuando estás padeciendo un dolor de cabeza. Quiero decir que se quedará en la superficie del problema. No irá a la raíz.
Citando a Carlos Cascos, en su artículo para Gen Playz:
«La práctica de la meditación centra su discurso a través del lenguaje terapéutico de la autoayuda, un discurso que encaja a la perfección con el modelo neoliberal que entiende al individuo como dueño de su destino, absoluto responsable de sus circunstancias y por lo tanto el único capaz de curarse a sí mismo, sin atender a las circunstancias económicas, sociales y culturales que le rodea.»
Está claro, ¿no? Meditar tiene sus ventajas pero no basta para llegar al equilibrio emocional completo. También hay que trabajar el contexto. (No terminaré nunca de decirlo.)
Dicho esto, tienes experiencia de meditación? Compártela con nosotros. ¿Qué tipo practicas? ¿Qué te aportó? ¿Cuánto tiempo llevas meditando?