Sé que estás agotado/a, que tal vez hasta te cuesta caminar, sin embargo, en este articulo te voy a pedir que contemples la posibilidad de hacer ejercicio para salir de la ansiedad. Sí, y ¡que contemples esta posibilidad muy seriamente!
Evidentemente, cuando hablo de «ejercicio», sólo me refiero a «mover el cuerpo». Por lo tanto, un ejercicio de streching valdría también.
Lo repito: contempla la posibilidad de hacer ejercicio para salir de tu ansiedad.
Desde luego, sería la mejor decisión que tomarías en esta fase complicada de tu vida.
No te preocupes: no hará falta apuntarte a un gimnasio, no… podrás practicar en casa, con un libro o una aplicación si prefieres. (Hay muchas).
Tampoco hará falta dedicar mucho tiempo. Con 5 minutos al día ya será suficiente para empezar. Incluso menos.
(Léeme bien: digo: «para empezar.»)
La verdad es que el ejercicio tiene múltiples beneficios para tu salud mental. En seguida te darás cuenta.
No sólo actuará como un antidepresivo natural, liberando endorfinas, que son hormonas que nos producen placer, bienestar y hasta euforia.
Si no que además, activará tu circulación sanguínea, mejorando así la oxigenación de tu cerebro.
¿Qué tipo de ejercicio necesitarás?
La respuesta es de sentido común: un ejercicio moderado, regular y adaptado a tus capacidades y preferencias.
Al cabo de una temporada de calentamiento (que variará según tu condición física y mental) , tendrás que practicar al menos 30 minutos al día, 5 días a la semana.
Algunos ejemplos de actividades beneficiosas para la ansiedad podrían ser: el yoga, el pilates, el tai chi, la natación, la bicicleta o la caminata.
Estas actividades/ejercicios te ayudarán a relajar el cuerpo y la mente, a liberar tensiones y a distraerte de los problemas.
Ahora bien, hay ejercicios que deben evitarse o realizarse con precaución. Se trata de ejercicios intensos, o que superan tus límites.
Estos ejercicios podrían aumentar tu nivel de cortisol, una hormona que se libera ante situaciones de estrés. (Lo que provocaría nerviosismo, palpitaciones o sudoración.)
PD: La verdad es que si estás agotado/a, si hasta te cuesta ir a la tienda más cercana a tu casa, dudo mucho que empieces a practicar puenting o full contact.
¡Tan eficaz como los medicamentos!
La práctica de un ejercicio moderado puede representar una auténtica terapia.
De hecho, unos investigadores de la Vrije Universiteit de Amsterdam compararon el efecto del deporte en casos de depresión y trastornos de ansiedad con un tratamiento psiquiátrico y llegaron a la conclusión de que eran igual de eficaces.
No me refiero a un estudio antiguo sino a uno de este año (2023).
En los 2 grupos que los psicólogos y psiquiatras formaron, los resultados fueron los mismos: concretamente, un 44 % de las personas declaró notar una mejoría.
Tal y como afirma el profesor adjunto de Psicología de la Facultad de Medicina de Harvard, Karmel Choi: «El ejercicio puede resultar tan útil como un antidepresivo, con menos efectos secundarios y más beneficios para la salud física.«
Ahora bien, no se trata de la panacea.
Según un investigador brasileño, Felipe Barreto Schuch, profesor en la Universidad Federal de Santa María: «las tasas de respuesta se acercan sólo al 50%, tanto para los antidepresivos como el ejercicio.»
Además, el tiempo que tarda alguien en notar una mejoría varía mucho.
Algunas personas pueden empezar a sentir alivio a las pocas semanas de practicar ejercicio con regularidad. Mientras que otras pueden necesitar varios meses de esfuerzo y dedicación.
3 consejos a la hora de practicar un ejercicio
Aunque el ejercicio es un hábito saludable, hay que tomar algunas precauciones para evitar efectos adversos o contraproducentes.
Concretamente, debes:
- Elegir un ejercicio que te guste, te motive y te divierta, sin convertirlo en una obligación o una fuente de presión o frustración.
- Respetar tu ritmo, tus límites y tu descanso, sin nunca forzar el cuerpo o la mente más de lo necesario.
- Complementar el ejercicio con otras estrategias para manejar la ansiedad, como la respiración, la relajación, la meditación o por supuesto, una terapia psicológica.
La ansiedad es una emoción natural, que todos experimentamos en algún momento de nuestra vida, pero que puede convertirse en un problema cuando es demasiado intensa, frecuente o irracional.
Para tratar la ansiedad (incluso prevenirla), puedes recurrir al ejercicio, que te ayudará tanto como un tratamiento a base de psicofármacos.
Dicho esto, antes de empezar una actividad deportiva, no dudes en consultar a tu médico de cabecera. Te conoce y seguro que te podrá aconsejar muy bien sobre la cuestión.