Si tienes a un amigo, un hermano, una pareja… que sufre de ansiedad, es posible que te sientas preocupado por no saber cómo ayudarlo.
Aunque no puedes curar su ansiedad, hay algunas cosas que sí puedes hacer para apoyarlo y aliviar su malestar.
He aquí algunos consejos.
1. Infórmate sobre la ansiedad
El primer paso para ayudar a un ser querido que sufre de ansiedad es comprender lo que le pasa. La ansiedad no es una falta de voluntad. Es un trastorno mental que tiene causas biológicas, psicológicas y sociales. La ansiedad puede afectar a la forma de pensar, sentir y actuar de la persona, y puede provocar síntomas físicos como taquicardia, sudoración, temblores, náuseas, sensación de miedo, angustia o dificultad para respirar.
Infórmate sobre la ansiedad a través de fuentes fiables, como libros, artículos o blogs de profesionales de la salud mental. Así podrás entender mejor lo que le ocurre a tu ser querido y empatizar con él.
2. Escúchalo con atención y respeto
Otra forma de ayudar a un ser querido que sufre de ansiedad es escucharlo con atención cuando te exprese sus preocupaciones. No lo juzgues, no lo minimices ni lo contradigas. Evita las críticas que pueden aumentar el estigma y el aislamiento de las personas con ansiedad. Al revés, reconoce sus sentimientos y valida su experiencia. Hazle saber que estás ahí para apoyarlo.
Usa frases como:
– “Entiendo que estés nervioso por esa situación. Es normal sentirse así”.
– “Sé que es difícil lo que estás pasando. Estoy orgulloso de ti por tu esfuerzo”.
– “No tienes que disculparte por cómo te sientes. Estoy aquí para escucharte y ayudarte”.
3. Anímalo a buscar ayuda profesional
Si tu ser querido tiene un nivel de ansiedad que le impide llevar una vida normal, es importante que busque ayuda profesional. Un psicólogo o un psiquiatra podría evaluar su caso.
Anima a tu pareja, familiar, amigo, etc. a buscar ayuda sin presionarlo ni obligarlo. Respeta su ritmo y su decisión.
Usa frases como:
– “Creo que te beneficiaría hablar con un profesional que pueda ayudarte a manejar tu ansiedad”.
– “Sé que puede dar miedo pedir ayuda, pero no tienes nada que perder y mucho que ganar”.
– “Si quieres, puedo acompañarte a buscar un psicólogo o un psiquiatra de confianza”.
4. Ayúdalo a practicar hábitos saludables
Otro consejo para ayudar a un ser querido que sufre de ansiedad es ayudarlo a practicar hábitos saludables que puedan mejorar su estado de ánimo y reducir su estrés. Algunos hábitos saludables son:
– Hacer ejercicio físico regularmente: El ejercicio físico libera endorfinas, unas sustancias químicas que producen sensación de bienestar y placer. Sin olvidar que el ejercicio físico mejora la salud cardiovascular, la autoestima y la calidad del sueño.
– Seguir una dieta equilibrada: Una dieta equilibrada aporta los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del cerebro y el cuerpo. Algunos alimentos que pueden ayudar a reducir la ansiedad son los ricos en omega-3, magnesio, vitaminas B y C, y probióticos. Por el contrario, se recomienda evitar o limitar el consumo de alcohol, cafeína, azúcar y alimentos procesados.
– Dormir lo suficiente: El sueño es esencial para la salud mental y física. Durante el sueño, el cerebro procesa la información, consolida la memoria y regula las emociones. La falta de sueño puede aumentar la ansiedad, la irritabilidad y la dificultad para concentrarse. Se recomienda dormir entre 7 y 9 horas por noche, siguiendo una rutina y un horario regulares.
– Practicar técnicas de relajación: Las técnicas de relajación son métodos que ayudan a reducir la tensión muscular y mental, y a inducir un estado de calma y bienestar. Algunas técnicas de relajación son la respiración profunda, la meditación, el yoga, el mindfulness o la música relajante. Puedes ayudar a tu ser querido a practicar estos hábitos saludables acompañándolo, motivándolo o recordándole sus beneficios. No lo fuerces ni lo critiques si no los cumple. Sé paciente y comprensivo.
5. Respeta sus límites y celebra sus logros
Por último, para ayudar a un ser querido que sufre de ansiedad, respeta sus límites y celebra sus logros. No lo expongas a situaciones que le generen mucha ansiedad sin su consentimiento ni su preparación. Respeta su ritmo y su espacio. No lo compares con otras personas, ni siquiera con él mismo antes de tener ansiedad.
Reconoce sus avances y sus esfuerzos, por pequeños que sean. Felicítalo por sus logros y refuerza su confianza.
Usa frases como:
– “Sé que te cuesta mucho hacer eso. Te admiro por tu valentía”.
– “Has hecho un gran trabajo. Estoy muy feliz por ti”.
– “Eres una persona increíble. Te quiero mucho”.
Desde luego, ayudar a un ser querido que sufre de ansiedad puede ser un reto, sí, pero piénsalo bien: también una oportunidad para fortalecer el vínculo afectivo y el apoyo mutuo.
Dicho esto, recuerda que no estás solo y que hay recursos y profesionales que pueden ayudarte a ti y a tu ser querido.
No lo dudes: la ansiedad se puede superar con tratamiento, paciencia y… amor.