Si te digo: “En dos sesiones te quito la ansiedad.”
¿Me vas a creer?
Espero que no porque es falso, si te prometo esto, te estoy intentando manipular.
No te puedo quitar – ni yo ni nadie – la ansiedad en dos sesiones.
Te puedo aliviar, tal vez, pero quitar, no… sobre todo si llevas tiempo con tu problema.
Pienso que hoy día hay muchas palabras, muchísimas, demasiadas…
“Aprende inglés fácil y rápido.” O “Gana dinero de la noche a la mañana”
Hace 50 años nadie hubiera dicho cosas de este tipo.
Hubiera sonado ridículo. Sin embargo, hoy es común.
Actualmente muchas empresas y muchos particulares también nos prometen la luna, como un político en campaña electoral.
Evidentemente el marketing no es ajeno al fenómeno.
¿Qué hay detrás de las palabras?
Hay que reconocerlo: muchas veces no hay nada.
Por ejemplo, esta mañana, en un supermercado, mientras tendía la mano para recoger las vueltas, la cajera me las puso a consciencia en la bandeja. Sorprendido, le pregunté: “Por qué no me ha dejado el dinero en la mano, ya que Usted vio que es lo que esperaba? Me contestó: “Es más fácil.”
Cuento esta historia porque justamente, encima de ella, colgaba un cartel gigante: “En esta tienda, nos arremangamos para servirte.”
En este momento, sigo preguntándome: ¿qué significa: “servirme”? ¿Y “arremangarse”?
Evidentemente, no pasó nada. Ningún superior le llamó la atención. Seguro incluso que si hubiera ido a quejarme a uno de ellos, me hubieran mandado a paseo (con el cartel colgando encima de su cabeza… también.)
En fin, no paro de recibir mensajes que me dicen que soy el rey del mambo, que valgo mucho… Todos me desean lo mejor, me comprenden, me quieren, me acompañan, me van a ayudar, me van a solucionar mis problemas pero luego, más allá de las palabras, ¿qué hay?
Muchas veces para saberlo hay que pagarrrr y como acabo de decir, muchas veces – lo probé – no hay nada.
Esta mañana – antes de ir al supermercado -he recibido a mi buzón electrónico varios anuncios que me afirman que si quiero, puedo ganar 10000 euros al mes. Es muy fácil, es sólo una decisión mía, basta que lo quiera y lo tendré…
De hecho, anuncios de este tipo recibo cada día. Supongo que los anunciantes quieren aprovecharse de la frustración que muchos sentimos actualmente en España.
Ahora bien, no digo que todo el mundo mienta.
Puede que la mayoría de las palabras que escuchamos a lo largo de un día sean vacías, que sólo sean declaraciones de buenas intenciones en el mejor de los casos.
Sin embargo, hay gente que aun da vida a sus palabras, que se esmera en realizar lo que promete.
En realidad, detrás de las palabras está lo que uno mete.
Para terminar, me espero a que alguien me diga: “Tú también Luc, utilizas las palabras para vender. “ Bueno, es verdad, y diré que yo no solo las utilizo para vender, sino que también para trabajar.
Ahora bien, intento que no sean palabras vacías, que haya realidades detrás.
En todo caso, creo que en este post si arremeto contra las palabras vacías, es justamente porque las palabras me gustan, y mucho, tanto que no quiero que pierdan su sentido.