¿QUERER ES PODER?

Estoy dando una vuelta por Facebook y me doy cuenta de que hay una idea que es omnipresente en los perfiles, una idea que ya aparecía en los power point que hace poco recibía por doquier y ya casi no recibo: “Si quieres puedes”

No sé si estamos practicando el método Coué (repetir una frase esperando que se haga realidad), si está naciendo una nueva religión pero todo el mundo va de su viñeta alentadora.   .

Vamos a ver: querer es la condición previa, necesaria para poder pero no es suficiente.

Ahora bien, si evoco este tema es porque me gustaría estudiar si nuestra repentina promoción jerárquica en  la escena existencial no podría ser una fuente de estrés y ansiedad. Somos libres, de acuerdo, pero esta libertad… no tendrá algún precio?

 

Concretamente, me parece muy bien que se diga como los Yuppies de los años 80: “Adelante: the sky has no limits”, seguro que ayudará a algunos a realizar sus sueños, pero a cuantos les estresará y les frustrará?

 

¡Parece que nadie se plantea esta posibilidad!

 

Nuestra sociedad nos empuja a perseguir nuestros sueños, como si fuera sólo una cuestión de voluntad. Aquí un anuncio del sitio Web: Marathonranking.

En todo caso, cada día en mi consulta veo a gente agotada por haber intentado ser el rey de la creación y no haberlo conseguido.

Más: muchos siguen preguntándose lo que tendrían que haber hecho para triunfar, convencidos de que era posible.

Entre nosotros y dicho de paso, no creo un segundo que mi amiga la psicóloga, que además es gordita, sería capaz, aunque lo quisiera con toda su alma, transformarse en artista de circo.

 

Es evidente que nunca se sabe y mucha gente al no saber que era imposible, lo hizo, pero no dejemos tampoco de lado nuestro sentido común.

Creo que si mi amiga intentara aprender a hacer el triple salto mortal, lo pasaría mal, muy mal. Se esforzaría sin alcanzar jamás su objetivo.

 

Antaño no había muchas posibilidades y la vida podía resultar muy aburrida, es verdad pero también hay que reconocer que en aquel entonces había más paz, más tranquilidad.

Un día le pregunté a mi abuelo si le hubiera gustado ser otra cosa que granjero: me contestó que nunca se había parado en hacerse esta pregunta, que había nacido en una granja y se había casado con una hija de granjero y que su destino había sido ser granjero.

No sé si me abuelo se aburrió en su vida – no lo pareció – pero desde luego, nunca sufrió estrés!

 

En conclusión, pienso que no sólo existen las ideas erróneas en cuanto a la vida, al amor, al deber, etc. de las que nos habla Albert Ellis y que se trabajan tanto en las consultas de psicología, sino también las ideas irrealistas en cuanto a nuestras capacidades.

 

Reconozco que creer que somos todo poderosos tiene sus ventajas: aumenta nuestras fuerzas y nos permite alcanzar metas que podrían parecer sobrehumanas pero está claro también que provoca tensión.

¿Quizás me digáis que vale la pena? Os responderé que depende cual es el objetivo: ¿Hacer muchas cosas?…O bien: vivir en paz, sin estrés?




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