Después de hablar con tu pareja, tu padre, tu madre, tu hermano/a, un amigo… ¿te sientes agotado/a, vaciado/a…
Bueno, justamente un amigo me contó este mediodía que estaba nervioso, agobiado… Me explicó que su mujer estaba a disgusto, pero que no proponía soluciones ni las aceptaba y se sentía bloqueado.
Concretamente, habían instalado un escenario gigantesco delante de su puerta. Son las fiestas del barrio y un grupo de música rock va a tocar por la noche hasta muy tarde.
Él propuso a su mujer salir de la ciudad, irse de excursión al campo alquilando por la noche una habitación en una casa rural, pero ella no quiso. Le preguntó que proponía entonces y contestó que nada.
¿Te suena este tipo de interacción? Eso es lo que podemos llamar una situación de comunicación tóxica. Una persona se queja sin proponer nada y sin aceptar sugerencias.
La verdad es que es algo muy habitual. Mucha gente se encierra en su visión victimista y digas lo que digas, no sale.
Evidentemente, si tienes un carácter de salvador, lo vas a pasar mal. (Incluso si no lo tienes!!!) Concretamente, si te cuesta soportar el malestar de los demás, y tiendes a intervenir, te vas a sentir bloqueado…
Recuerda que es difícil estar bien cuando te enfrentas a situaciones que te superan.
Desde luego, ¿qué puedes hacer frente a una persona que, aunque tengas ideas geniales, no te escucha?
De hecho, la persona que se queja, muchas veces conoce la solución, no hace falta que le digamos que 2 y 2 son 4… ya lo sabe.
Basándome sobre las investigaciones del psicólogo americano McKay, diré que el quejica rechaza una a una las sugerencias que los otros le hacen, porque quiere demostrar que nada funcionará, que su sufrimiento está fuera de su capacidad de control.
Tal vez lo haga para llamar la atención o demostrar que te puede dominar pero no soy psicoanalista así que no me posicionaré sobre la cuestión.
Ahora bien, ¿qué hacer cuando te enfrentas a una situación de comunicación tóxica, frente a un quejica por ejemplo?
Es muy “fácil”: te tienes que centrar en ti, olvidarte de su malestar y preocuparte por el tuyo. (Lo repito: si tienes un carácter de salvador, es difícil… o si tienes una tendencia muy pronunciada a pensar en primera persona del plural!!)
En todo caso, hagas lo que hagas, el quejica se va a quejar. Que te centres en ti o no. Así que está claro, ¿no?
Desde luego lo que no hay que hacer es quedarte a su alcance, en sus alrededor.
