Esta mañana la directora de mi banco me dijo que no hacía falta que esperara delante de su despacho, que no me preocupara, que me llamaría más tarde, sobre las 2. Ahora son las 5 y media y aún no ha llamado. Dudo de que me llame hoy…
También había quedado con un amigo esta tarde y esta mañana me ha dejado varios mensajes en el contestador diciéndome que le había surgido un imprevisto y que no podría acudir a la cita.
Para terminar, me acaba de llamar mi informático para decirme que no pasara por su tienda. Ayer quedamos que habláramos hoy a las 7 pero le ha surgido un imprevisto y se tiene que marchar..
¡Vaya día!… y sólo son las 5 h 30.
¿A ti te pasa también que la gente te diga: “Luego te llamo” y luego… ¿no llama? A mí, cada día. No tanto como hoy pero sí, cada día.
No sé con quien hablará mi banquera o el informático, incluso mi amigo… Espero que con alguien que de verdad haya tenido problemas graves.
En todo caso, a mi la informalidad me cansa. No puedo organizarme: establecer un presupuesto, tener mi ordenador en orden, agendar mi día.
En cada momento tengo que cambiar los planes, improvisar… Tal vez sea extraño pero a mi no se me ocurre quedar con alguien y luego aceptar otro compromiso.
Parece que hoy día “Quedo contigo pero sólo si no tengo nada mejor que hacer.”
Podría narrar decenas de casos de informalidad: he visto de todo. Hasta tal punto que me pregunto si aún hay que quedar.
Tal vez el record lo tuvo un amigo de Barcelona: habíamos quedado para cenar. Me llamó para avisarme que había tenido un poco de retraso (1 o 2 horas, no recuerdo) pero que estaba en camino, que bajaba al metro y en 15 minutos estaría en mi casa. Nunca llegó.
Al día siguiente le pregunté qué había pasado y me dijo que había conocido a unas chicas en el tren, unas extranjeras, y había decidido irse de fiesta con ellas…
No está mal, ¿no?
Me comí endivias rellenas de jamón y queso durante dos días y no pasó nada. Creo que mi amigo ni se disculpó. Me miró con una mirada cómplice que parecía decir: “Seguro que hubieras hecho lo mismo.”
Bueno, si a ti te pasa también este tipo de situación, cuéntamelo y sobre todo dime como lo vives. Si te estresa o no.
Como he dicho, a mi la informalidad me cansa… aunque te puedo decir que no me enfadé con mi amigo y seguimos en contacto.
Afortunadamente, con el tiempo, he desarrollado unas estrategias que me permiten sobrevivir pero repito: me cansa…
Somos asi pero no es informalidad, es una forma de ser, parece k te sorprende.
Es posible k lleves poco viviendo aqui,
Es normal vivir con menos exigencias hacia los demas. Tu lo llamas INFORMALIDAD, yo FALTA DE EXIGENCIAS
Lo q cuentas sobre tu informatico se arregla sabiendo que no solo es tu informatico y trabaja para mas personas.
Para mi no hay estres en lo que cuentas, el estres llega por otros motivos no por algo asi.
X ke dices primero IMPREVISTO y luego IMPROVISTO?
No se dice ME COMÍ ENDIVIAS RELLENAS DE JAMON Y QUESO, se dice COMÍ ENDIVIAS RELLENAS DE JAMON Y QUESO
Escribes un blog, es mejor k escribas bien.
Moitas grazas
Hola María, sí, es una manera de ser… informal. jaja. ¿Has vivido en otros países? No, no me sorprende la informalidad en España. Ya no. Llevo muchos años aquí: 25 años. Sólo digo que me cansa: que no puedo organizarme. A mí, sí, eso me estresa. Y conozco a mucha gente a quien le estresa también. Dicho esto, en cuanto a la lengua, creo que se puede decir las dos cosas: «Me comí endivias y comí endivias.» «Improvisto» es un error de mecanografía, claro.
Mira, ahora mismo tenía cita con una limpiadora. Me dijo a las 5. A las 5 menos cuarto me envía un mensaje diciéndome que no va a venir. Mandándome mil disculpas!!! ¿Qué te parece? Qué harías tú? ¿Te quedas zen? Hablanos de las estrategias que usas frente a lo que llamas «una forma de ser»… Yo me organicé para estar en mi casa a la hora convenida, que me propuso ella.. Además, contaba con ella ya que tengo invitados mañana…